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martes, 7 de abril de 2020

UTIEL Y LA GRAN PESTE DE 1557-1559

CARLOS JAVIER GOMÉZ SÁNCHEZ Miembro de la A.C. Serratilla



En tiempos de pandemias y cuarentenas toca recordar epidemias que afectaron a la antigua villa de Utiel. Me gustaría hablaros hoy de la Gran Peste de 1559 y como nos ha definido: 
La peste es una enfermedad bacteriana muy agresiva que ha segado la vida de millones de personas. Famosa es la Peste Negra del siglo XIV, de la cual se estima que acabo con el 60% de población europea, pero no fue la única ocasión que dio problemas. En 1556 las autoridades del Concejo de Utiel comenzaron a preocuparse por una epidemia de peste que estaba afectando al vecino Reino de Valencia.


La muralla medieval de Utiel había perdido su finalidad militar, pero seguía siendo una barrera útil para aislar al vecindario de los males del exterior. De este modo, en agosto de 1557 se decide reparar las puertas y portillos del antiguo muro defensivo, y tapiar callejuelas y salidas en los arrabales. Curiosamente, conservamos de estas fechas aproximadamente la representación artística de la población más antigua hasta el momento realizada por el maestro conquense Bernardo de Oviedo en 1565, donde aún se ve una villa amurallada con un horizonte urbano rematado por torres.  Además, para asegurar las medidas preventivas, se establecieron turnos de guardia entre los avecinados, se prohíbe entrar en el pueblo y dar posada a caminantes, se establecen cantinas en las afueras para que los transeúntes no tengan que entrar a la villa y se prohíbe la mendicidad.
   Reconstrucción de la antigua villa de Utiel tomada de la Historia de Utiel de D. Miguel Ballesteros Viana

Pero aunque la peste no llegaba a Utiel cada vez estaba más cerca, en 1557 se registraban los primeros casos en el Puente del Pajazo, paso sobre el Cabriel actualmente bajo las aguas del Pantano de Contreras. El temor crecía y el Concejo prohíbe a los vecinos que viajen a Valencia o Castilla. Al problema pandémico le acompañó una dura sequía que no podía ser más inoportuna, pues si la escasez de alimentos era una realidad por el necesario cordón sanitario, la falta de agua para mantener los mecanismos de subsistencias (cultivo de huertas, cereales, ganado, etc.) dejaba al borde del precipicio la propia supervivencia de toda la sociedad utielana. Por no olvidar que para esos años, la villa estaba en “guerra abierta” contra el belicoso Vizcondado de Chelva por un litigio de lindes en la Sierra Negrete.


Guerra, hambre y peste, un caldo de cultivo perfecto para la desesperación humana. No es extraño por lo tanto que los utielanos se envolvieran en la fe para pedir ayuda ante lo que no podían resolver por ellos mismos. El 17 de mayo de 1558 se registra la primera peregrinación documentada a la Virgen del Remedio ante la sequía, la cual “milagrosamente” se acabó y resolvió uno de los males sufridos. Sin embargo, como vemos en la actualidad, el ser humano no lleva bien las cuarentenas, ya lo dijo Miguel de Cervantes a través de Don Quijote: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que al hombre dieran los cielos”. El 29 de septiembre de 1558, algunos vecinos abren las puertas del pueblo saltándose la cuarentena en protesta por la falta de compromiso del Estado Hidalgo (la clase alta), quienes no colaboraban  en la custodia de las murallas. Y por si fuera poco, en este contexto había individuos que se cuestionaban hasta los principios básicos sobre los cuales se sustentaba la sociedad local, ocurriendo en 1559 el primer expediente inquisitorial a Pedro Ruiz por pronunciar palabras sospechosas de herejía luterana.

Virgen del Remedio.Utiel.


Finalmente, la peste llegaría en octubre de 1558 y se quedaría hasta febrero de 1559, dejando a su paso unas 400 víctimas aproximadas. Fueron tres años realmente duros para Utiel que acabaron en una tragedia y arruinaron a la villa. Fue tal la situación, que Felipe II el 1 de marzo de 1560 decretoó una Célula Real donde eximía al pueblo  del pago de ciertos impuestos para ayudar a reponer el estado de pobreza ocasionado por la peste.     

Las epidemias han sido y son uno de los grandes males que sufre la humanidad. Sin duda, la Gran Peste de 1559 condicionó la memoria colectiva y las costumbres de Utiel hasta tal punto que su legado sigue presente. Han pasado más de 460 años, pero aun hoy las secuelas de esa epidemia y la desesperación del ser humano son rememoradas a través del culto a la Virgen del Remedio. Sin duda, las crisis epidémicas se superan, pero nos definen como pueblo.         


Virgen del Remedio.Utiel.

                                              
Para saber más:

BALLESTEROS VIANA, Miguel. Historia y anales de la muy leal, muy noble y fidelísima villa de Utiel. Valencia, Imprenta de “El Correo de Valencia”, 1899.
LATORRE ZACARÉS, Ignacio “Venta del Moro en la peste de 1557”. El Lebrillo Cultural, 2008, n. 25, p. 7-17.
LATORRE ZACARÉS, Ignacio. “La peste en Requena durante los siglos XVI y XVII. Sistemas fronterizos de profilaxis y vigilancia”. Cuadernos de Geografía, 2018, n. 100, p. 149-171


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